Cartas de Amor
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Carta de amor 16 NO TE VAYAS Ven amada mía...detengamos el tiempo y este momento… sé que tu ausencia será para mí el destierro…… aún vive y brota en mi piel, la sabrosura de aquel beso adormecido…cuando tu Caminar desnudo de recelos, te conducía a mi regazo presagiando la fatal despedida…. y yo, en la inocencia de nuestro destino … con el alma henchida de esperanzas te protegía en mis dominios…. guardando para ambos…. uno a uno el caudal de tus quimeras. Suspendamos el tiempo en ese silente abrazo...y vivamos nuestro amor sin prisas ni desvelos, porque solo así en mi alma construiré el castillo donde atesorar tus anhelos, y tu…. deberás ser… el ánfora perfecta donde coleccionaré, tantas pasiones y tal vez… todos mis sueños. Hoy vienen a mí, mil caricias que un día esparcí en la hoguera de tus deseos, en donde fue tu néctar el descanso de mis fuegos, Y tu pasión la calma de mis más puros anhelos. No te vayas…. Porque al quedar atrapado en tu recuerdo, callados besos y mis labios te llamarán desde el fondo de esta lastimera distancia. . . Temo ser el clamor de un amor perdido en el caudal de tu silencio; mas mi llanto cautivo de tu corazón a lo lejos, se va aferrando al recuerdo del más extasiado de tus suspiros, … ¡te suplico! no dejes mi alma encadenada a tu memoria y mi vida interrumpida en la pena de no verte. Pero te vas……más aún es cierto que estuve en tu sigilo, pero el cielo gritó este amor en cada golondrina, y la luna agonizando dibujó nuestra historia para que la pintara el sol. En aquel ya lejano septiembre veintiuno…amanecía la primavera, y nuestros corazones explotaban colmados de esperanzas, nos supimos amados y fuimos testigos de cómo el tiempo se detenía en un beso, y mi espacio se confundía en tu infinito. Calma este dolor que grita y desgarra mis días, porque solo así podré continuar viviendo, has que este amargo momento sea solo un mal sueño de aquella sombría noche, en que se alejaban nuestros pensamientos. Dulce dama caminante del tiempo, que llegaste a mí como recuerdos del pasado, ahoga este, mi llanto en la dulzura de un pronto regreso.
Ven, vivamos cada segundo como si fuera el último, |